Y un día se dio. Diego Palazzi jugó por primera (¿y última?) vez en forma oficial junto a su hijo Nicolás. Uno, con sus 39 años y una extensa trayectoria sobre sus espaldas. El otro, todavía con edad de cuarta división, y haciendo su debut absoluto en el plantel superior de Franja. Sucedió en la victoria por 5 a 4 de los de Pompeya sobre el descendido Sportivo Barracas.
La Voz del Futsal estuvo presente ese día y dialogó con los protagonistas de lo que, sin dudas, es un hecho atípico en nuestro deporte y en el fútbol en general.
"Es un sueño cumplido, un sueño de muchos años", arrancó Diego, "Se dio así. Nico tuvo la posibilidad de subir de categoría gracias a Ariel el Quemero (Mauro, el DT de la tercera), a Fabián (López, DT de la primera) y a sus propios méritos. Porque esto es fruto de su entrenamiento, de su trabajo".
Le recordamos una nota que le habíamos formulado tres temporadas atrás, donde le sugerimos que de seguir la carrera de ambos por los carriles normales (Nicolás recién empezaba en la quinta) no sería descabellado pensar en un partido juntos. Diego, enseguida se acordó de aquel reportaje: "Sí, es verdad, vos me hablaste del tema cuando quizás nadie se había dado cuenta y hoy que se cumple, estás acá presente".
A la hora de hablar del partido, puntualizó: "En ese sentido fue sólo para cumplir, ya que ninguno de los dos peleaba nada. Desde lo emotivo sí: para mí fue especial y calculo que para él también. Pudimos estar juntos en cancha y casi hace un gol por un pase mío".
Diego, que sí marcó uno de los cinco tantos de su equipo, destacó: "Me retiré feliz. Por esta situación, porque metí un gol y porque ganó Franja. ¿Si esta vez me retiro de verdad? Sí, sí. Está confirmado. Muchos me dicen que juegue un año más. Pero no puedo. Aparte, ya estoy muy metido en lo que es la parte dirigencial de Franja. Es algo que me gusta y donde está toda la gente que quiero y me ayuda".
En cuanto a características de juego, Diego así opina de su hijo: "Como papá y como alguien que entiende de futsal, lo veo con muchas condiciones. Más allá de lo técnico, es un tipo muy inteligente para jugar. Sabe cómo moverse, lee muy bien el juego de Fabián, es respetuoso. Eso hace que hoy esté acá. Siento que tiene futuro".
Por el lado de Nicolás, también fue fuerte lo vivido en la noche del domingo: "Es una emoción compartir la cancha con él. En partidos informales ya habíamos jugado. Pero esto fue distinto".
Cuando se le pregunta qué opinión le merecía su papá como jugador, no duda: "Yo siempre lo vi como un ídolo. No tengo palabras para describirlo, su juego es extremadamente lindo...". Su vocecita se quiebra tras esta frase: "Siempre me emociono al hablar de mi papá", justifica.
Nicolás asegura que el parentesco no implica que las características de juego sean similares: "Son estilos muy distintos. El es más técnico y yo más táctico. Soy aguerrido, hago el trabajo sucio. Pero mi juego es así y la verdad que lo disfruto bastante". Cómo queriendo sembrar cizaña (por supuesto, en un tono más que distendido), le preguntamos si lo van a expulsar tan seguido como a él: "No, yo no soy tan calentón", desliza, ruborizándose un poco.
Hace unos cuantos años, Diego y sus hermanos llegaron a actuar juntos en la primera de Franja. En la siguiente generación, si bien todavía falta mucho, ese hecho también podría darse: "Jugar con mi hermano Mirko (hoy en la octava división) es una de las grandes aspiraciones que tenemos. Yo toqué cancha con mi papá y ojalá se dé que mi hermano toque cancha conmigo", cierra Nicolás.
Dentro de algunos años, podremos comprobar si este sueño, también se convierte en realidad.
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