junio 29, 2015

HERNÁN INTROCASO: “NUNCA OLVIDARÉ TODO LO QUE ME AYUDÓ LA GENTE DEL FUTSAL”

“Acá estamos, aprendiendo un poco lo que pasa del otro lado de la línea”, dice el Pelado Introcaso, que se encuentra realizando su debut como DT en un Cervantes protagonista de la Tercera División. “La idea era seguir jugando en acá un año más, pero como ya me era muy difícil, Tito López me ofreció dirigir. Como para no alejarme del futsal y hacer algo que me gusta, le dije que sí”, cuenta este ex jugador de River, Atlanta, Huracán, 17 de Agosto, Arsenal, Almafuerte y Cervantes, donde actuó el último año de su carrera: “Me hubiera gustado llegar a Cervantes mucho antes, es un club espectacular. La gente es buenísima. Espero quedarme por un largo tiempo más”
-¿Cómo DT sos distinto a lo que fuiste de jugador?
-Y, sí. Soy muy rompe-bolas con la marca, con las jugadas preparadas. Y cuando yo jugaba, eso era lo que peor me salía. Así que trato de enseñarle a los chicos las cosas que a mí más me costaban, que ahora veo que son muy importantes. Antes no me daba tanto cuenta.
-A varios que antes no eran tan responsables les ocurrió lo mismo al convertirse en técnicos. 
-Sí, sí. Aparte yo en Arsenal y Almafuerte terminé jugando de último hombre cuando toda mi vida había sido ala. Eso se dio porque ya no me daba el físico. Ahora trato de que los chicos aprendan los movimientos, en defensa y ataque. No es fácil, pero de a poco nos vamos acomodando.
-¿Afuera de la cancha también les estás encima? 
-No, ahí no. Afuera de la cancha somos amigos. De unos cuantos he sido compañero. Compartimos giras a Brasil y Mar del Plata. Se armó una amistad. Tanto, que al terminar los partidos nos vamos a mi casa o a otro lado a comer. A mí me gusta eso, que el grupo esté unido. Después las cosas se van dando solas.
-¿No se pierde autoridad al hacer esto? 
-No, hay mucho respeto. Ellos saben que ahora los estoy dirigiendo yo y hay cosas que tienen que cumplir. El que no cumple, lamentablemente sale y no vuelve a entrar. Yo lo viví con los técnicos que tuve.
-¿De quiénes aprendiste más?
-De Bocci (Carlos Boccicardi) y Leo Magarelli cuando era chico. Me enseñaron todo. Más de grande, Charly Fernández, que más allá de ser mi técnico, fue como un padre. Me ayudó mucho a nivel personal. Destaco a ellos tres, aunque todos los que tuve me dejaron algo.
-¿Todavía tenés ganas de ser jugador?
-Ahora estoy más calmado, pero cuando los partidos son muy disputados me vuelvo loco y quiero entrar. Pienso que de a poco eso se ma irá yendo.
-Al margen del futsal, ¿seguís jugando por plata?
-Y... algo jugamos. A veces mucho, a veces paramos un poco. Pero sí, todavía me da para correr algo.
-¿Eso representa un ingreso económico importante?
-Es relativo. Hay veces en que salen varios partidos. Otras, menos. Pero todo sirve.
-Además, seguís laburando.
-Sí, hace unos cuantos años que me dedico a la mensajería. Siempre con la moto y ahora estamos también con la camioneta. Doble servicio.
-Ah, ya sos un empresario.
-No, no tanto (risas). Pero hay que crecer y progresar en la vida privada también.
-¿Cómo está tu familia?
-Bien. Las nenas me van a ver siempre. Ya son hinchas de Cervantes. A Juan Cruz, en cambio, el fútbol no le gusta. El ya tiene 13 años.
-Tu mujer falleció hace dos años. ¿Cómo hiciste para arreglarte solo con tres hijos tan chicos?
-Fue difícil, lo sigue siendo. Hay recuerdos que te tiran abajo. Pero la familia y los amigos me ayudan a salir. Por los chicos, no me queda otra.
-¿A ellos cómo los ves?
-Igual que yo. A veces tristes. A veces alegres. Pero lo importantes es que estamos unidos.
-¿Cómo se portó la gente de la actividad?
-Bárbaro. Aquel partido a beneficio que me organizó (el periodista) Leo Núñez en Almafuerte fue muy lindo. Yo todavía estaba mal, no caía, entonces no lo disfruté tanto. Pero igual no me olvido más de cómo la gente del futsal se acercó para darme una mano.

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